El sector transportador en Colombia atraviesa por una serie de dificultades que han puesto en riesgo su estabilidad y sostenibilidad. Entre las principales cargas que enfrenta este gremio destacan el aumento constante del precio del combustible, el deterioro de la infraestructura vial y la alta carga impositiva que impacta los costos operativos.
Uno de los problemas más graves es el alza en el precio del ACPM (diésel), el combustible más utilizado por los transportadores de carga. Este incremento ha elevado significativamente los costos de transporte, lo que a su vez afecta los precios de los productos que se distribuyen a lo largo del país. A esto se suma el mal estado de las carreteras en muchas regiones, lo que no solo incrementa los tiempos de desplazamiento, sino también los gastos en mantenimiento de vehículos.
Otro reto es la competencia desleal por parte de empresas de transporte informales, que operan sin cumplir con las normativas y regulaciones del sector, lo que afecta la competitividad de los transportadores legales. Además, el gremio sigue enfrentando una alta carga tributaria, que incluye impuestos y peajes, encareciendo aún más el servicio.
Estas dificultades han llevado a constantes movilizaciones y protestas por parte del gremio, que exige al Gobierno soluciones estructurales para garantizar la viabilidad del sector y su contribución al desarrollo económico del país.