A pesar de que el reciente paro de transportadores ha terminado, los problemas estructurales que afectan al sector persisten. Entre las mayores preocupaciones se encuentran los altos costos operativos, impulsados principalmente por el precio del ACPM, que sigue en aumento, así como el deterioro de las vías y el elevado número de peajes.
Los transportadores también insisten en la necesidad de ajustar las tarifas de los fletes para reflejar los costos reales de operación, un tema que aún no se ha solucionado por completo. Además, la falta de condiciones laborales adecuadas sigue siendo un problema importante, con largas jornadas de trabajo y una cobertura deficiente en cuanto a seguridad social.
La competencia desleal, los pagos tardíos y la falta de regulación eficiente en la asignación de fletes continúan afectando a los transportadores, lo que genera un ambiente de incertidumbre dentro del gremio. Aunque se han realizado mesas de diálogo con el Gobierno, los transportadores consideran que es necesario un compromiso más profundo para abordar estos desafíos de manera efectiva.