Para conducir con seguridad en curvas, es fundamental entender las técnicas adecuadas para enfrentarse a distintas inclinaciones y tipos de giro. Las curvas abiertas, que tienen un radio más amplio, permiten mayor visibilidad y suelen requerir menos frenado. En estas, es recomendable mantener una velocidad constante y anticiparse a cualquier posible obstáculo en la carretera, girando suavemente el volante. Además, observar el entorno ayuda a prever otros vehículos o cambios en el terreno.
Por otro lado, las curvas cerradas son más pronunciadas y exigen mayor precaución. Aquí es crucial reducir la velocidad antes de entrar a la curva, evitando frenar bruscamente una vez dentro. En estos giros, mantener ambas manos en el volante es esencial para mantener el control del vehículo. También es importante ajustar la velocidad de acuerdo con las condiciones del clima y la carretera, ya que factores como la lluvia o el terreno resbaladizo pueden aumentar el riesgo de derrapes.
En ambos tipos de curva, la anticipación y el control de la velocidad son clave para una conducción segura y eficiente.